AySA - Cultura y Educación
Salas y colecciones
Conociendo el Museo del Agua
En la SALA 1
Vas a poder descubrir cómo se construyó este singular edificio

El Gran Depósito.

Historia de su construcción y razón de su ubicación.

Vas a conocer los orígenes del Palacio, a través de planos y maquetas topográficas de la Ciudad que ayudan a explicar su construcción y las razones de su actual ubicación.

También, en fotografías de época, vas a poder ver el antiguo sistema de provisión de agua que se iniciaba en el Río de la Plata y continuaba en el primer establecimiento purificador que tuvo el país: El Establecimiento Recoleta.

La arquitectura.

En esta sala también vas a encontrar un muestrario de algunas de las piezas de terracota, importadas de Gran Bretaña, con las que se cubrió la fachada del Palacio.

Las piezas exhibidas son originales, llegaron para ser utilizadas como repuesto.

Vas a poder descubrir un mundo subterráneo

El subsuelo sanitario porteño.

A través de una maqueta construida a escala, podrás descubrir la forma del primer entramado de cañerías de desagüe de Buenos Aires. Esta maqueta permite ver el denominado “Sistema de Desagüe Inglés” utilizado en el área conocida como Radio Antiguo para dar salida a líquidos cloacales y pluviales.

También vas a encontrar curiosos artefactos y accesorios sanitarios

Artefactos, materiales y accesorios sanitarios

Con el correr del tiempo, el Palacio o Gran Depósito albergó diversas funciones. Una de ellas fue la Oficina de Contraste -creada en septiembre de 1887- destinada a controlar la calidad de artefactos y otros materiales sanitarios -fabricados en el exterior o bien en el país- que aspiraban a ser comercializados entre nosotros. Para lograr tal aprobación, el fabricante debía presentar ante dicha Oficina tres piezas, una de las cuales quedaba en el depósito de materiales.

Grifería nacional e importada

Además de artefactos y cañerías, el control de Obras Sanitarias de la Nación se extendía a la grifería y accesorios comúnmente utilizados en baños y cocinas. También, a través de concursos destinados a perfeccionar el funcionamiento de la grifería sanitaria nacional, OSN fomentaba el mejoramiento de los estándares de fabricación y calidad existentes.

Cañerías y piezas especiales

Desde que se iniciaron las obras de higiene y salubridad en 1869 y durante las primeras décadas del siglo XX, la mayor parte de los materiales utilizados eran importados. Todos ellos, junto con los de fabricación nacional, debían someterse a los controles de la Oficina de Contraste para determinar la calidad de los materiales utilizados en las obras domiciliarias.

Medidores

El control del consumo del agua a través de medidores fue, prácticamente desde los orígenes del sistema de provisión, una de las preocupaciones principales de las autoridades. El primer reglamento de 1869 para la provisión de agua, preveía la colocación de medidores en viviendas y establecimientos. .

A partir de octubre de 1941 se comenzaron a construir en los Talleres Varela medidores con la marca OSN. Hasta ese entonces era un producto de importación.

Artefactos sanitarios, nacionales e importados

Una de las colecciones que más te va a sorprender es el conjunto de artefactos utilizados desde fines del siglo XIX hasta la década de 1970, aproximadamente, y que pertenecían a los ejemplares que debían quedar en depósito de la Oficina de Contraste. En su mayoría, se trata de inodoros procedentes de Gran Bretaña y Estados Unidos, y en menor medida fabricados en el país. Estos últimos, recién comenzaron a ser presentados para su aprobación a la Oficina de Contraste a fines de la década de 1930.

En las SALAS 2 y 3
Te mostramos las realizaciones de una empresa modelo.

Obras Sanitarias de la Nación. Una empresa de todo el país

A partir de la creación de Obras Sanitarias de la Nación en 1912, el Gran Depósito pasó a ser la nave insignia de la primera empresa estatal de saneamiento, que pronto instaló diversas dependencias en su interior. Sus profesionales, técnicos y técnicas proyectaron, supervisaron y ejecutaron obras de ingeniería y de arquitectura de notable calidad, que permitieron a los centros urbanos más alejados contar con sistemas de provisión de agua potable, desagües pluviales y cloacales, que mejoraron decisivamente sus condiciones de higiene y salubridad.

En el Museo del Agua procuramos rendir merecido homenaje a este esfuerzo colectivo y al patrimonio histórico cultural resultante del mismo.

Muebles, bibliografía e instrumental

En estas salas, ambientadas en las décadas de 1920 y 1930, exponemos mobiliario realizado artesanalmente por el personal de OSN -en los talleres de la empresa-, e instrumental utilizado tanto en gabinete como en trabajos de campo para llevar redes de infraestructura y servicios hasta los más apartados confines.

En la SALA “ARQ. JORGE TARTARINI”
Te va a sorprender un gigante de hierro.

El corazón del Palacio

Luego de recorrer las salas con sus colecciones, llegarás al corazón de este Gran Depósito Distribuidor para apreciar cómo llegaba, se almacenaba y se distribuía el agua en los tanques de hierro. Además, podrás encontrar una representación de una cuadra de la Buenos Aires colonial con casas bajas de adobe, veredas angostas, carros de aguatero y aljibe que te permitirán descubrir los modos y usos del agua en aquella época.

En este espacio, desarrollamos exposiciones temporarias, presentaciones de publicaciones, muestras de arte y otras expresiones culturales, que tienen en el patrimonio del agua y de las obras de salubridad a su principal animador e hilo conductor.

El Arq. Jorge Tartarini

El Arq. Jorge Tartarini fue uno de los fundadores del Museo del Agua y su Director desde 1996 a 2019. A través de esta función puso en valor y dio a conocer la trascendencia de la historia sanitaria nacional.

Experto en Preservación del Patrimonio Urbano Arquitectónico, con estudios de posgrado en el país y en el exterior, desde 1979 desarrolló una sistemática tarea de investigación, conservación y difusión, dentro de la cual el Palacio de las Aguas Corrientes tuvo un lugar privilegiado.

Ocupó distintas funciones en la Comisión Nacional de Monumentos, Bienes y Lugares Históricos; también, se dedicó a la docencia y nos dejó un inmenso legado a través de sus numerosas publicaciones sobre la historia de la arquitectura y la preservación del patrimonio cultural argentino y latinoamericano.

Nuestro querido arquitecto dejó su huella, una marca imborrable: su nombre permanecerá por siempre escrito en la Historia del Agua y en esta sala del Museo que hoy lleva su nombre.