Un monumento al agua potable y a su importancia para la salud de la población. Una obra única en su tipo, expresión elocuente del arte y de la técnica del siglo XIX, testimonio impar de un momento clave en la historia del saneamiento argentino, el Palacio de las Aguas Corrientes (o Gran Depósito Distribuidor Ingeniero Guillermo Villanueva) es uno de los edificios más atractivos y emblemáticos de Buenos Aires.
Creado como depósito de gravitación para la distribución de agua potable (cumplió esta función hasta 1978). Actualmente, tiene oficinas administrativas, de atención al usuario y es sede del Programa Cultural de AySA, que reúne al Museo del Agua, la Biblioteca Ing. Agustín González (especializada en Ingeniería Sanitaria y Ciencias del Ambiente) y un importante Archivo Histórico de Planos y Expedientes.
El verano de 1877 encontraba a Buenos Aires agobiada por el calor y con un pequeño tanque de 2.700 metros cúbicos ubicado en la Plaza del Congreso, el Estanque Lorea, como único depósito de agua para todas sus necesidades. Este depósito era a todas luces insuficiente. Existía consenso, entonces, sobre la imperiosa necesidad de construir un gran tanque distribuidor de agua corriente para Buenos Aires.
El proyecto del Gran Depósito de Servicio recién sería elevado por la Comisión de Obras de Salubridad en mayo de 1884 y por ley de octubre de ese año se autorizaban los fondos para su construcción -casi el 50 por ciento del total destinado a las obras de saneamiento que se realizarían en la Capital-.
La obra tardó 7 años, de 1887 a 1894, y en ella participaron más de 400 personas.
● Dirección: Av. Córdoba 1950, CABA. Predio delimitado por las calles Riobamba, Viamonte, Ayacucho y Av. Córdoba. (Cota: 35 metros sobre el nivel del mar).
● Año/s: 1886 (Proyecto) / 1887-1894 (Construcción).
● Proyecto general: Ing. John Frederick La TrobeBateman (Estudio de Ingenieros ingleses Bateman, Parsons & Bateman).
● Director de obras: Ingeniero sueco Karl Nyströmer.
● Empresa constructora: Juan B. Médici.
● Diseño arquitectónico exterior: Arq. Noruego Olaf Petrus Boye.
● Revestimiento exterior: Royal Doulton and Co., Londres; Burmantofts Company, Leeds, Inglaterra (300.000 unidades: 170.000 piezas cerámicas y 130.000 ladrillos esmaltados).
● Estructura metálica: Fundiciones de Marcinelle et Couillet, en Couillet; Sclessin, en Sclessin; Sr. Auguste Lecoq, en Hal; Bélgica (peso total del hierro empleado: 16.800 toneladas).
● Cariátides: Fundición Macfarlane& Co., de Glasgow, Escocia.
● Capacidad: 72.300.000 litros (12 tanques de 6.000 m3 cada uno).
● Propietario: Estado Nacional (Agua y Saneamientos Argentinos S.A.).
● Modificaciones: a partir de 1917 se desarma el primer nivel de tanques y se habilitan oficinas administrativas. En 1920 se coloca losa y pisos calcáreos decorados en la planta baja. En 1978 deja de funcionar definitivamente como tanque de agua.
● Restauración: 2010 a 2019 (cubiertas, mansardas, carpinterías, vitrales, basamento).
● Protección: Monumento Histórico Nacional (Decreto N° 325, año 1989).
El edificio muestra claramente la intención del Gobierno Nacional de expresar la importancia de las obras de saneamiento en una construcción que permitiera un lucimiento negado a la infraestructura subterránea.
El estilo elegido para este Palacio -en realidad, el que predomina, dentro del eclecticismo que lo caracteriza- es el renacimiento francés, con esbeltas mansardas de pizarras y, recubriendo los cuatro frentes de una cuadra de longitud, piezas de cerámica vitrificada en multiplicidad de formas y colores, que llegaron por barco desde Inglaterra. Cada pieza tenía su ubicación perfectamente definida en planos y con un número en su parte posterior que indicaba la posición relativa sobre los ladrillos de las fachadas. Esta suerte de mecano de alta precisión es el que permitió adherir cornisas, ornamentos, escudos, etcétera, endentados sólidamente entre sí y con los mampuestos de muros, con lo que se logró una magnífica estabilidad a través del tiempo.
Al variado contraste de piezas decorativas, se sumaron ocho cariátides de hierro fundido ubicadas en las jambas de las ventanas de los cuerpos centrales en las cuatro fachadas.
Contrastando su apariencia exterior, el “Palacio” guarda en su interior una de las estructuras de hierro fundido más grandes del mundo: 180 columnas que sostienen 12 tanques, distribuidos en 3 pisos, con capacidad para más de 72 millones de litros de agua.
Al estar en una parte alta de la ciudad, el agua potable luego era distribuida por gravitación a la urbe.
Este magnífico edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1989*
La Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación determina y procede a la declaratoria de aquel “Bien inmueble o mueble de existencia material que, por sus características arquitectónicas, artísticas y/o documentales singulares, se constituye en un referente excepcional para la historia, el arte o la arquitectura de Argentina. Su preservación y presencia física tiene como finalidad afirmar y transmitir los valores que en ese bien se concretan”.